¡Buenas y Santas y muchas tantas!
Estoy haciendo algo que generalmente no hago, pero que comenzaré a hacer. Dado a que en Amor Yaoi casi no comentar, no subiré el capitulo allá hasta que lo hagan, pero como sigo avanzando en la historia, pues comenzaré a hacerlo hasta aquí.
Cómo sé que casi nadie visita el blog, pues no me preocupo mucho XD
Bueno aquí les traigo el capitulo 12, recien salido del horno, espero les guste.
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Capítulo 12
“¿Esto es realmente lo que quiero?”
Miraba
hacia el techo de su habitación y sus ojos dolían como el demonio. Desde el
café no había podido parar de llorar. Estaba confundido por ese dolor tan
intenso en su pecho. No sabía si era culpa o una desbordante sensación de
responsabilidad.
Estaba
cansando de sentir siempre cosas tan extremas, cuando se trataba de Collin. Por
eso había venido tan lejos, pero ahora se daba cuenta que el dolor era más
intenso que cuando estaba con él. No
podía pensar que eso fuese amor, si realmente lo amara, se supone que debería
sentirse bien, que todo el mundo se vuelve color de rosa, pero no recordó ni
una sola vez que hubiese sentido eso.
Jostein
le había dejado tranquilo con ese tema. Cuando regresaron a la casa de sus
abuelos, él no mencionó nada. Ahora estaba en su antiguo cuarto y este dormía
apaciblemente en una colchoneta en el suelo.
A
esas horas de la noche, se le antojó
agradable poder escuchar a Collin. Cuando estaban en su apartamento, siempre
que era de noche y no podía dormir, se quedaban hablando en voz baja sobre
trivialidades. Siempre esas charlas se le hacían muy divertidas. Ahora era una
situación muy distinta.
Se
levantó de la cama y salió hacia el pasillo que conectaba su cuarto con las
escaleras. Se recostó contra la pared y miró su celular. ¿Iba a llamarlo ahora?
¿Qué le diría? No estaba seguro de que iba a pasar, pero si lo que dijo Jostein
era verdad, debía solucionar eso lo antes posible.
Se
armó de valor y le llamó. Se quedó expectante con el aurícular y su corazón
comenzó a latir más rápido. No contestó. Estaba algo molesto, por lo que volvió
a marcar y esa vez si le contestó.
—
¿Hmm?
—
¿Collin?
—
¿Qué? —sonaba su voz pesada y grave como si estuviese borracho o que le acabase
de despertar.
—
Hola, ehm… hablas con Matthew. — Su voz parecía flaquear, estaba muy
nervioso.
Escuchó que sonaba
como alguien levantándose rápidamente y que se tropezaba con todo.
— ¡Ma…! — Se le
cortó la voz y se puso a llorar. — ¿Dónde estás?
Matthew al
escuchar eso se le humedecieron los ojos y se puso a llorar también.
— Lo siento, lo
siento, lo siento. — Susurraba con mucho dolor. — No era mi intención que te
pusieras así.
— ¿Dónde estás?
Veámonos, te lo suplico.
— Lo siento, yo
estoy en Inglaterra.
— ¡Así que sí era
cierto lo que dijo Jostein! ¿Por qué Matthew? Me hubieses dicho. Yo no te
hubiese atado para que no fueses, solo quería que me dijeras.
— Lo siento. —La
garganta de Matthew se cerraba cada vez que intentaba hablar.
Se escucha como
sollozaba cada uno. Matthew se quedó analizando de nuevo ese sentir en su
pecho. Definitivamente era lo más fuerte que alguna vez había sentido. Fuera lo
que fuera, incluso si era amor, le estaba haciendo daño, debía acabar con eso
de una vez por todas. Lo haría… por el bien de los dos.
— Collin. Yo
quiero… decirte algo.
— ¿Qué? — La voz
sonaba más calmada.
— Quiero que
terminemos la relación que sea que tengamos.
— ¿Qué? — Collin
sonó ofuscado. — ¿Terminar? ¿Qué pasó? ¿Por qué?
— Creo que es lo
mejor para los dos. Yo estoy al otro lado del océano, no nos veremos más, es
mejor para nosotros acabar con esto y seguir cada uno por su camino.
— ¿Ah sí? ¿Es tan
fácil para ti decir eso? — sonó el golpe de algo que se rompía. — Bien, quizás
fui un imbécil por pensar que me querías aunque fuese un poco. Te agradezco la
sinceridad. Aunque lamento decirte que no acepto esto.
— ¡Collin! No
seas terco, es lo mejor para los dos.
— Sí, bien, que
sea lo mejor, pero si vas a terminarme, hazlo en mi cara por lo menos.
— Pero… ¿No
oíste? Estoy en Londres.
— Claro que lo
oí. — sonaron unas botellas chocar. — Por eso, tú y yo nos veremos en las
vacaciones de verano y ahí sí puedes decirme todo lo que se te de la gana.
Matthew se quedó
callado. Pensó que sería fácil acabar con ello, pero como todo con Collin,
tenía que ser de la forma más complicada y más hiriente posible.
— Tomaré ese
silencio como un “sí”. ¿Tienes algo más que decir?
— Lo siento.
— Ajá, claro,
como si esas palabras hubiesen solucionado algo alguna vez. Adiós.
Matthew se quedó
ahogado en su propio llanto y remolino emocional. Estaba cansado, por cosas
como esas había pensado que era mejor acabar con esa relación y aún así no pudo.
Estaba tan acostumbrado a Collin que no supo en que momento estaba ya llorando
por él.
Si eso era lo que
él quería, bien, le terminaría en las vacaciones de verano. En verdad lo haría.
***
Ya había pasado cierto tiempo desde que había
pensado preocuparse por su apariencia. Miraba su cabello y sentía que ya era
hora de cambiar. Se fue hacia un salón de belleza he hizo que le cortaran el
cabello al estilo militar. Su cabeza se sentía rara, pero, visualmente era más
agradable.
Cambió
su vestimenta por algo menos estridente, aún así sin perder el toque que había
adoptado. En ese momento estaba pensando en cómo hacer para atraer a Matthew.
Quizás no tenían mucha confianza por todo lo que había pasado, pero no podía
olvidar el beso que le dio. No estaba dispuesto a que fuese el último.
Ese
nuevo corte, le subía el autoestima. Su nueva ropa ya la sentía más apropiada. Ya
se sentía preparado par ir en busca de Matthew.
No
había hablado con Joshua desde ese día, tampoco se había preocupado en
contactarlo. Aunque si era sincero, le extrañaba un poco. Ya se habían vuelto
bastante cercanos.
Tomó
su celular y le marcó a Matthew. Hoy estaba dispuesto a atacar para matar.
—
¿Aló? —contestaron.
—
Hola Matthew, soy Maurice.
Hubo
un silencio de unos segundos. Maurice no supo como interpretar eso.
—
Hola Maurice ¿Qué necesitas?
—
¿Podemos vernos? — Parecía ansioso.
—
¿Vernos? Lo siento, creo que no sería ahora conveniente.
—
¿Por qué?
—
Ahora estoy un poco ocupado.
Maurice
se quedó callado por un rato ¿qué era esa mierda? ¿Por qué siempre huía de él?
Se estaba empezando a molestar. Si no quería estar con él por las buenas,
entonces lo estaría por las malas.
—
Ah, claro, lo entiendo. Lamento no ser oportuno.
—
No te preocupes, podemos salir este fin de semana.
—
Vale, estaré esperando tu llamada.
La
conversación murió. Guardó su celular y dirigió sus pasos hacia la universidad de
Matthew. Él no era imbécil. Ahora si era necesario, lo secuestraría, pero
tendría que estar con él. Por lo menos pedía que le explicara porqué siempre
huía de él.
***
No
estaba en su mejor momento como para ponerse a liarse con Maurice. Su cara
estaba hecha un desastre. Sus lágrimas se habían encargado de quemar sus
mejillas y sus ojos estaban secos y rojos. En su cabeza solo estaba ese tono déspota
de Collin. Repetía en su cabeza su disculpa hacia él y de esa misma forma recordaba
las palabras de él “como si esas palabras hubiesen solucionado
algo alguna vez”
y era verdad. En ese momento, podía desvivirse diciendo “lo siento” pero, ¿Eso
qué efecto tendría?
Se
dirigía para la casa de sus abuelos. Ahí le esperaba Jostein. Estaba en un
momento muy tenso con él. No podían hablar normalmente, pero tampoco habían
sido hostiles. Era todo una guerra fría con máscaras de amigos.
No
negaba el hecho de que merecía el enojo que sentía su amigo por él. Era justo y
el mismo se estaba reprochando en esos momentos. Pero consideraba que quizás
ese no había sido el mejor método para decírselo.
Iba
llegando a la casa de sus abuelos y pasó por la panadería que le gustaba tanto.
Compró algunos bizcochos. Con un poco su camino desviado, continuó su camino.
Cuando llegó a su casa, se extrañó de ver a Joshua tocando la puerta. Llamándole
la atención este se volteó aliviado de verlo.
—
Joder, me alegra encontrarte. — dijo Joshua con el aire perdido.
—
¿Qué pasó? —Se preocupó Matthew por verlo jadear así. — ¿Por qué viniste
corriendo hasta aquí?
—
Creo que es mejor que vayas a la universidad.
—
¿Eh? Explícate.
— Bueno, me ha llamado Maurice diciendo que estaba haciendo
el escandalo de la vida con Allan tratando de ubicarte.
— ¡¿Qué?! — Matthew encanó una ceja, molesto. — Ese imbécil
¿Se puede saber que está haciendo?
— Eso mismo me pregunto yo. Lo cierto es que he recibido una
llamada de él diciendo eso. Llámalo, dile algo para que se calme.
— Vale. ¿Por qué no me llamaste antes?
— No hace mucho me llamo Maurice.
— Pero ¿Por qué no me llamaste por celular?
— Porque se me ha acabado la batería. Lo siento.
— No te preocupes.
Mentalmente
ya había estrangulado a Maurice un millón de veces ¿Qué era eso? ¿Por qué todos
parecía tener un chip que decía “Obsesiónate
y jode a Matthew”? Entró a la casa y le pidió a Jostein que le acompañara
un rato a la universidad. No se negó aunque si se sorprendió ver a Joshua. Ellos
habían hablado de que ocultarían ese hecho de que hablaron, por el bien de los
dos. Actuaron natural uno frente al otro, aún cuando Joshua se moría por
preguntar varias cosas.
Mathew
se adelantó casi corriendo, mientras hablaba por su celular con Maurice. Joshua
aprovechó para retrasarse un poco para ir a la par con Jostein y le miró inquisitivamente.
Este le respondió con una mirada de que no era un buen momento para hablar y
hasta ahí se quedó la comunicación.
Joshua
sintió ese execrable deseo de saber. Estaba comenzando a hartar de su constante
instigo de manipulación. Pero era inevitable.
Cuando
hubo llegado a la universidad, se vio la escena de Allan tratando de hacer que
Maurice se detuviese, aunque les costó un rato identificar que el otro chico
con el que hablaba Allan era Maurice.
—
¿Qué pasa?— Matthew se acercó furibundo.
—
Hola. —Allan saludó con molestia.
—
Así que realmente no estabas aquí. — Maurice recalcó con cierto deje de contestación.
—
Joder, si te he dicho que no puedo, es que no puedo. —Matthew frunció el ceño.
— Se puede saber ¿Qué pasa contigo?
No
hubo respuesta por parte de Maurice. Se disculpó con Allan y tomando del brazo
a Matthew se lo llevó lejos de la institución. Matthew se volteó mientras era
arrastrado y miró a Allan pidiéndole disculpas. Luego avanzó al paso de Maurice
y se deshizo del agarre.
—
Oe. —Amonestó Matthew. — Por lo menos responde lo que te pregunto.
Maurice
se detuvo y espero a que Matthew se colocara al frente de él.
— Te
diré la verdad. Me molesta que evites como si tuviese la peste.
—
¿Evitarte? ¿De qué hablas? — estaba realmente desconcertado.
— Desde
que llegaste, ha sido lo mismo. Es como si yo estuviese pintado en la pared. Si
me odias, pues dímelo. Joder que me mato
la cabeza pensando que es lo qué pasa contigo.
Matthew
se mantuvo callado. Se volteó y siguió caminando en busca de Jostein y Joshua.
— ¡¿Si
ves?! Es por eso que tengo que venir a hacer el ridículo buscándote. ¿Qué he
hecho? ¿Por qué parezco ser el único que sobra aquí? Dímelo en la cara por lo
menos.
Matthew
se volteó, atraído por esas palabras. Eso mismo le había dicho Collin. Ahora lo
entendía mejor. Era un cobarde. Si enfrentaba las cosas, sentía que lo iba a
perder todo, por eso no era capaz de confrotar a ninguno de los dos. Aunque Maurice
y Collin eran dos mundos diferentes, los dos tenían algo en común. Matthew
sentía que le debía muchas cosas a los dos. Lo reconsideró, si realmente
esperaba enfrentar a Collin en las vacaciones de verano, debía emprender con su
proceso de adquirir el suficiente valor para dejar de huir.
— Te
lo diré en la cara. —dijo eso, pero escabullía su mirada en el suelo. — Te
evito porque quiero evitar decepcionarte más, que me odies, que lo único bonito
que tenía nuestra amistad hace años, se vaya al carajo. Aunque parece mi error,
porque te he estado haciendo más daño del que pensé.
Maurice
se quedó desarmado ante esa respuesta. Él quería recibir una contestación
agresiva y llena de odio. Algo que le permitiese excusarse del por qué le
evitaba. Pero no resultó ser más que un método de protección de su parte.
—
Maurice. —Hizo una pausa mientras carraspeaba un poco, sus palabras no salían
tan fácil. — Hay muchas cosas que te deben resultar repugnantes de mí, pero te
pido que me perdones por ello.
Estaba
ahí, tan solo parado diciendo palabras, pero sentía que estaba desgarrándose la
garganta ¿De qué servía ser sincero? Ahora lo vería.
—
Matthew, mírame.
Este
con algo de recelo lo hizo.
—
Deja de ser tan idiota.
Maurice
agarró la solapa del blazer de Matthew y lo atrajo hacía sí. Buscó sus labios y
encontrándolos, impregnó un beso sin importar quien estuviese observando.
Matthew
no procesó la información hasta poco después de sentir el contacto de los
tibios labios de Maurice. Colocó sus manos sobre los hombros de Maurice e
intentó empujarlo, pero no pudo. En ese momento él no tenía la intención de
comenzar a jugar, pero tampoco pudo evitarlo. Cuando Maurice le soltó, este
sonrió con algo de alegría y luego le abrazó.
— No
creo que haciendo esto, puedas todavía pensar que haya algo que me asquee de
ti.
Matthew
estaba estupefacto. Estaba pasmado. ¿Qué estaba sucediendo ahora con Maurice?
¿Qué era esa escena salida de una novela barata? No pudo pensar en decir algo.
Estaba sencillamente pensado que debía ser una muy irracional broma.
— No
me evites más. — Musitó Maurice. — Que yo no pienso parar de buscarte.
Quizás
era por el mismo hecho de que esas cursilerías eran algo tan ajeno a él, pero
no pudo evitar sentir como sus mejillas ardían. Maurice se había convertido en
un casanova sin remedio.
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