sábado, 22 de diciembre de 2012

Joshua x Elliot dibujo

Buenas y santas y muchas tantas!!
Para los que sobrevivieron al fin del mundo XD les traigo este dibujito Joshua x Elliot. Ya saben que no soy la mejor dibujante del mundo, pero espero que les guste.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Realidad Capitulo 14

Buenas y santas y muchas tantas.
Quiero adelantar la mayor cantidad de historia que pueda, porque después de que entre a la universidad dudo que pueda sentarme a escribir. Sé que muchos estarán esperando que vuelva al enfoque  MauriceXMatthew, pero es que no podía parar de escribir hasta que esta conversación tuviese lugar.

Espero que les guste y siempre agradecida de que me lean.


Capítulo 14

“Quiero hablarte claro.”

El calor le despertó. Se sentía derretir en esa cama. Estiró su brazo y se encontró con la figura de Elliot que plácidamente dormía a su lado. Miró el reloj de su muñeca y esta marcaba que eran las 8 de la mañana. No había dormido nada. Pero su acompañante parecía complacido y sin ganas de levantarse. Veía su piel blanca que  había sido irritada por las lágrimas. Solo lo hacía parecer aún más un niño mimado.

No le iba a despertar. No tenía la intención de enfrentarle. Se sentía cansado, como si toda su energía hubiese sido drenada mientras dormía en vez de haberse recuperado. Se recostó en la cabecera de la cama y se quedó mirando a Elliot durante un rato. Organizaba sus ideas. Ese niño que tan solo era malcriado, llegaba a ese punto solo porque lo que él creía seguro le fue quitado. Contaba con una familia que estaría siempre con los brazos abiertos para él. Bueno, eso creía entender en el mismo momento que llegó a ese extremo solo porque sus papás le negaron la ida a su país.

Comparó un poco con lo que había sido su vida y pensó que en parte podía entenderle. Algo que siempre ocultó, pero que era sin duda una verdad, es que a raíz del problema con su padre, dentro de él se generó una necesidad de cariño. Quería ser validado por los ojos de sus padres. No podía evitar pensar que ese fue el único deseo que le fue negado. Aún así no se derrumbó, siguió viviendo por su madre, se volvió su motor. Pensó que fue la mejor forma de compensar todo lo que le fue negado.

No es que estuviese interesado en ayudar a Elliot, pero le molestaba esa fragilidad, esa inmadurez, esa falta de percepción. Él había tenido que madurar mucho antes de lo que ese niño hasta ahora empezaba. Pensó un poco en sí mismo y no se vio muy lejos de una situación parecida a la que planteaba Elliot, solo que tenía un diferente foco. Él también tenía un problema, algo que nadie había controlado. En parte se sentía avergonzado de su constante deseo de monopolizar las vidas de los demás, de no confiar en nadie. Ese era el problema, sentía que todo el mundo le quería traicionar al mínimo momento. Él no era nadie para criticar a Elliot, aunque tuviese la experiencia a sus espaldas.

Pensó en Jostein y solo pudo pensar que lo que había hecho era digno de compararse con un maniaco. Solo pensó que era lo correcto en ese momento, pero si lo pensaba, había llegado muy lejos. Prácticamente secuestró a alguien para que le contara sobre los secretos de otra persona. Llegar a esos extremos, definitivamente necesitaba una terapia en algún lado. Sonrió sintiéndose como un imbécil y se deslizó fuera de la cama.

— Enano, más te vale despertarte temprano. No quieras abusar de mi nobleza. —Se burló un poco de la forma que lo dijo.

Se paró en el armario y sacó dos camisetas. Se colocó una negra que tenía un loco de un puma y le botó al lado de la cama, una verde que no le gustaba. Se fue a tomarse algo para esa sed que tenía. Salió del cuarto y a la persona que se encontró no fue a nadie más que el novio de su mamá.

— Hola. —Joshua saludó como siempre.

Este se quedó callado un rato y luego le puso una mano en la hombro.

— Quiero hablar contigo.

Joshua se extrañó ante eso, ya que era una persona que nunca había mostrado señas de querer entablar una conversación de ese estilo.

— ¿Qué pasó?

— Eso mismo pregunto yo. Sé que no tengo el derecho de un padre de exigirte nada, pero me parece importarte dejar unos temas claros, ya que convivimos ahora.

Joshua encanó una ceja y se quedó esperando el resto de la explicación.

— La verdad, desde hace mucho rato me ha estado molestado que te encierres y te cuestes a dormir con Maurice. Asumí que era algo normal en la relación de ustedes y traté de no ponerle mucho problema. Debo aclarar que no es que quiera imponerme, pero me parece importante no tener comportamientos que se puedan malintencionar.

Joshua comprendió que quería decir. — Tranquilo, que no soy gay ni nada por el estilo.

La cara del novio de su mamá se aflojó un poco ya que le había entendido sin tener que decirlo él.

— Bien. Cabe agregar que si llegases a serlo, respetaría esa decisión, pero agradecería que no se presentara ningún evento en esta casa.

— Ah, ya veo. —La verdad, Joshua se sintió ofendido. — ¿Algo más?

—Sí. —Espetó este. — Me sorprendió la hora a la que llegaste ayer. No me parece correcto que pases en la calle hasta esa hora. Sé que eres un joven que está en fiestas y que se va a divertir, pero por lo menos, por tu seguridad trata de llegar más temprano. Además, de que en lo posible no deberías traer a nadie en las condiciones que trajiste a ese amigo tuyo ayer. Lo digo por prevención. Si a ese niño le llegase a pasar algo, no habría otro responsable sino tú. Deberías pensar en eso.

La atención de Joshua se disipó y le calaron las palabras que había dicho de últimas. Era verdad, ese enano estaba solo. No se había reportado a donde se estaba quedado. Si alguien llegase a denunciarlo, sería él quien entraría en problemas. Joshua agachó la cabeza y claramente se expresó, diciendo que entendía la preocupación. Olvidándose sobre lo que fue a hacer fuera del cuarto, se devolvió y el cometido que se impuso, era hacer que ese enano se devolviera por donde había entrado.  

Empezó a sacudir a Elliot hasta que este regresó a la consciencia.

— quiero dormir. —Murmuró este.

— Y yo quiero que te largues ya. — Joshua realmente molesto, se impuso. — Debes reportarte en donde te estas quedando. Yo no quiero problemas por un borracho como tú.

— ¿Mis tíos? — agregó este. —No importa. Ellos no están. La casa debe estar igual que cuando la dejé.

— No me importa. No sé qué creas tú, pero cargar con un borracho, atrae más problemas de los que crees.

— Vale, no tienes que ponerte en esa tónica. Tampoco es te estuviese diciendo que vengo a vivir aquí. Solo te digo que no te preocupes, mis tíos no se preocuparían de que no llegara a casa.  Ellos ni siquiera saben mi itinerario.

Joshua le pareció qe lo dijo con cierto deje de tristeza, pero borró eso de su cabeza.

— Te importaría darme algo de tomar. Estoy deshidratado.

Joshua asintió y salió de la habitación esperando que al volver por lo menos ya estuviese calmado. No tardó en subir con los vasos de agua y al entrar vio que este estaba recostado con los brazos sobre los ojos.

— Toma.

Elliot se levantó y tomó el vaso de agua. El contenido se diluyó rápidamente en el organismo de Elliot.

— Lamento todo este inconveniente. Déjame por lo menos compensarte con algo. Soy una persona que no se puede quedar debiendo nada.

Joshua se quedó callado. No tenía nada que realmente quisiese pedirle al enano. Además de que tampoco es que su orgullo le dejase recibir algo de él.

— Mira, con que te vayas de aquí y no te accidentes mientras llegues a tu casa es suficiente.

Elliot sonrió ante el comentario preocupado de Joshua. Quizás realmente no era una mala persona como ya se lo había demostrado. Le estaba dirigiendo a él esa otra faceta que solo había visto con Matthew.  

— Vale, me iré ya, pero realmente te quedo debiendo algo.

— Sí, como quieras.

Elliot se cambió y despidiéndose de Joshua y de las demás personas de la casa. Al dirigirse a su casa se sintió extrañamente despejado.

***

Era de nuevo ese día de la semana.  Se diferente a como siempre lo hacía. Esta vez fue la ansiedad y una adrenalina misteriosa la que lo embargó. Tenía vergüenza de entrar a clase y ver a Joshua. Es que le había mostrado una faceta realmente inoportuna. Se le había salido todo lo que tenía de niño malcriado. Trataba generalmente de controlar esa parte inherente en él que prácticamente le hacía pensar que si él lo quería ya era suyo. Todo se debía a que de niño y en su adolescencia, nada le fue negado.

Entró al salón con esa reconocida arrogancia.  Tratando de ocultar esos latidos arrítmicos de su pecho. Y quizás esperaba más de Joshua a la hora de verlo, como una burla, un insulto o algo que le mandase una señal que lo que había pasado en ese bar, había significado algo. Nada sucedió. Él levantó la mirada, vio que llegó y siguió hablando con sus compañeros como si nada. No le molestó esa acción, solo se sintió un poco frustrado.

Esperaba que aunque fuese un poco se hubiese conmovido de su historia, que se hubiese interesado en ella. ¡Oh craso error! Siempre tendía a pensar que la gente se interesaba por él como si fuese lo más importante de sus vidas. En una parte dentro de sí, creyó que era igual.

No podía culparlo, de hecho tenía que estar reflexionado con ello ¿Realmente valía la pena gastarle tanta cabeza pensando eso? Toda su vida le dieron lo que quisieron, ahora tenían que hacer lo mismo con su hermano pequeño. Mas bien debería alegrarse porque el niño fuese a tener los mismos cuidados que él.

Era una de las conclusiones a las que había llegado gracias a Joshua. No podía decírselo, pero le dio una cachetada mental aquel día. Había cambiado su percepción respecto a él. Quizás no era tan malo como parecía, aunque no excusaba las cosas que había hecho, le espantaban de igual forma. Se dirigió hacia el puesto vacío que estaba al lado de Joshua y de forma natural le saludó. Recibió el saludo de vuelta, pero de igual forma no pareció ponerle atención. Se resignó ante eso.  Tampoco iba a obligarlo a que le mirara y le hablara.

Al comenzar la clase, Elliot echaba miradas fugaces para saber si era posible entablar una conversación. Cabe aclarar que no tenía idea que era lo que le motivaba a llamar la atención. Simplemente quería hablar con él. Cogió una hoja de su cuaderno y la arrancó. Escribió que quería invitarlo a tomar algo en agradecimiento por lo del bar y este le respondió cortantemente que no era necesario. Rompió la hoja y miró con decidía a Joshua ¿Por qué tenía que ser tan cortante? Él solo quería ser amable. Reprochó esa actitud de pocos amigos.

La clase no tuvo más interrupciones, siguió normal la catedra. Elliot se condicionó mentalmente que no había necesidad de mejorar la relación con Joshua, sencillamente él no quería.  No tendría que él buscar lo que no se le había perdido. Al final de la clase, se levantó rápidamente y se dirigió a la puerta.

— Elliot. —Joshua le llamó.

Su corazón dio un brinco y se volteó con esa característica actitud orgullosa.

— ¿Qué pasó?

— Podemos hablar un segundo.

Elliot se desanimó ante el tono en que lo dijo. Parecía que iban a discutir. Siguió a Joshua quien tomó la delantera e impuso el lugar de conversación. La cafetería de la facultad estaba llena de personas, aun así encontraron una mesa para dos en un rincón. Se sentaron y pidieron dos cafés.

— Bueno. —Dilató el comienzo de la conversación. — Hay varias cosas que quiero dejar en claro contigo. —Jugó con la servilleta que había en la mesa. — Sé que hemos tenido varios encuentros. Sé que no empezamos bien, sé que yo fui quien comenzó ofendiéndote esa clase. Sé que no nos hemos tratado todo lo bien que se quiere, pero, hay cosas que debes quedarte fuera. No tienen que ver con nosotros y nuestra mala relación.  Prefiero evitar que tengamos más problemas de ahora en adelante. Todo lo que suceda con Matthew, es mí problema, no tuyo. Lo del celular es algo que no quiero que se repita. Llevamos siendo amigos varios años, es algo que está lejos de tu jurisdicción. Tú hasta ahora lo conoces.

Elliot tuvo un despertar en todos los sentidos. Cualquier posible sensación de ansiedad o nervios desapareció y solo quedó una turbia rabia.

— ¿Has pensado alguna vez como se ha siente Matthew? —Interrumpió Elliot. — ¿Amistad dices? Qué pena, pero eso está lejos de ser llamado amistad. Si realmente lo consideraras un amigo, no desconfiarías, controlarías y manipularías de esa forma.

— ¿Yo? En serio se nota que no nos conoces.

— ¿Qué más necesito conocer? Joshua, tú estás es enfermo. ¿Qué derecho tienes de violar la vida de los demás? ¿Te gustaría que te hicieran eso?

Joshua bajó la mirada y a pesar de que no tenía que ver nada con haberse rendido en la conversación, pensó que era mejor dejarle hablar.

— Mira Joshua. Eres un psicópata. En serio lo eres, no sé cómo puedes pensar que está bien ir y esconderle el celular a Matthew, quien sabe por qué razón. Estoy seguro que si alguien te hiciese lo mismo, no responderías así tan tranquilo como aparentas estar.

Joshua le miró a los ojos, con esa expresión que decía “¿Ya acabase?”. Algo dentro de Elliot, se prendió en una fogata intensa. Era ese mismo orgullo que siempre lo mantenía por encima, lo que lo tenía ofendido.  Ese era el problema, que él no sabía escuchar, que él pensaba que lo que estaba haciendo era bueno y perfecto. Que solo era un amigo preocupado. Detestó eso.

— ¿No piensas cambiar ni un poco? —Dio un ultimátum Elliot antes de sacar su mejor carta.

— ¿Tú qué crees? —Casi se le burló en la cara Joshua.

— Está bien. —Elliot se paró de la mesa y le cogió de la solapa de la camisa. — Para que aprendas que se siente eso, te haré todo lo que le haces a Matthew. Después de dirás si se siente muy bien y es muy correcto.

Sonrió como si hubiese logrado lo inalcanzable y es que la cara de Joshua era de una consternación que no entendía. Elliot pensó que quizás era la mejor forma de enseñarle a Joshua lo que era respetar. Eso no tenía que ver con él, si bien era cierto, ya era demasiado tarde, se lo tomó personal. Su orgullo era algo difícil de tratar y era algo que tendría que aprender Joshua. Él no perdía, era así de sencillo.

— Bien, si eso es todo lo que tienes por decir, me voy.

Elliot dejó unas monedas por el café y sin esperar a que Joshua reaccionara, salió casi corriendo de allí. En su cabeza, el hervidero de ideas le había dejado la cara roja. 

lunes, 17 de diciembre de 2012

Capitulo 13 de Realidad (Regalo de Navidad )

Buenas y santas y muchas tantas. Aquí les traigo su capitulo 13.

Me ha costado como el demonio escribirlo, pero por lo menos ahora si estoy complacida con lo que ha salido.

En el capitulo explico mejor unas cuantas cosas que quiero decirles en raíz a comentario que recibí de una chica, que dijo que iba a dejar de leer mi historia porque perdió el norte. Aclaro que no estoy molesta ni nada por el estilo. Era algo que venía venir con la secuela de mi historia.

Igual espero que les guste y buena lectura

sábado, 1 de diciembre de 2012

Obsesionada hasta la muerte OTP SakuraiXJun


Buenas y santas y muchas tantas! 



Quizás a nadie le importe realmente este post, pero tengo que exteriorizar ese modo fangirl que tengo. Bueno yo soy una apasionada fan de los seiyuus. Me encanta ver los eventos, los programas de radio, de televisión y demás cosas que hay. En estos días, he estado viendo eventos de seiyuu como si no hubiese un mañana  (Ya voy para los 100 eventos descargados) en serio, estoy obsesionada. 

He visto de todo tipo de escenas yaoi en los eventos y es que sinceramente no me explico, como es que en los eventos es casi una obligación que hagan yaoi. Obviamente no peleo con eso, después de todo soy fujoshi, pero sencillamente yo pienso algo, una cosa es hacer fanservice porque la situación lo requiera y otra muy diferente es que sin ser necesario lo hagas por puro gusto. 

Cuando no encuentro una razón aparente a ese fanservice, es cuando más me entra el estado fangirl. En fin, estos ojitos han visto muchas cosas en los eventos. Desde crossdreasing (Mi favorito es Sugita Tomikazu ==> Aquí una imagen )  

Hasta cosas como estas ==>

Obviamente, yo fangirleo como si no hubiese un mañana. Son cosas que son más fuerte que yo, pero definitivamente lo que más me ha hecho morir, no podría haber sido más que esta pareja.

      X  



Bueno no estoy segura de que los conozcan así que los presentaré por si las moscas. El señorito de la izquiera se llama Sakurai Takahiro y lo recordaran mejor por sus papeles de Misaki Takahashi (junjou romantica), Kubinashi (nurarihyon no mago) y cientos de personajes más. El otro chico de la derecha se llama Fukiyama Jun y lo conoceran mejor por sus papeles de Gauche (Tegami bachi), Mariandel (Ixion Saga DT) Nura Rikuo (Nurarihyon  no Mago) y otros chorromil de papeles más. 

Este par ha sido el que me más me ha hecho fangirliar y morir de desangres, por lo que en este momento los declaro mi OTP de los Seiyuu Paring. Me arrepiento un poco el haberme demorado tanto en descubrir a este par como pareja, pero bueno, lo importante es que aquí estoy escribiendo un tratado de por qué me gustan. 

Si me preguntan  ¿Cual fue el detonante de emparejar a este par? No podría decirles claramente que fue, pero lo cierto es que estos dos tienen escenas que a mi me matan. Para mi sorpresa encontré que estos llevan trabajando juntos desde hace más de 10 años, tuvieron su debut al mismo tiempo, han hecho BLCD juntos y, en los eventos hay una chispa de tensión sexual entre ellos que me hace pegarme contra las paredes y gritar histericamente. 

Este es una parte del 1 evento de Nurarihyon no mago y bueno haciendo un recuento de partes anteriores, había miradas furtivas y demás (y no estoy delirando, en serio las habían, si supiese hacer gifs se las mostraría) en esta parte, apesar de que Fukuyama Jun no es quien le besa la pierna a Sakurai (por desgracia), Lo que más me llama la atención es la escena del final, No entiendo ni sé por qué, Fukiyama llama a Sakurai y él interpreta sus respiraciones cómo si se les estuviera declarando. Por lo menos para mí, no veía eso como fanservice, fanservice el beso, pero eso no tiene nada que ver. Creo que eso si es parte de mis delirios así que no le hagan mucho caso. Les dejo aquí el video por si les interesa.

 

De ahí empecé a buscar más y encontré un BLCD que hicieron juntos hace ufff más de 10 años y Dios, suenan hermosos. Desgraciadamente no hay lemon QñQ, pero suenan lindos. 

Poco a poco ya no fue capaz de controlarme y sigo en la busqueda de más eventos donde estos dos estén juntitos. El resto de mi comentario fangirl sería algo como así ==> hgjfsgfdsgfsgsdfsgdsfs. 

Sé que me entienden XD 

Bueno, yo me despido de mi post de fangirl desesperada intentado exteriorizar la pasión y muy seguramente haré fics de ellos hasta que se me partan los dedos. Nonononon 

Y Bueno, aquí termina la presentación de mi OTP seiyuuno.
Sé que a nadie le interesa eso, pero bueno. 

Bye bye 

lunes, 5 de noviembre de 2012

[Realidad] Capitulo 12 "¿Esto es lo que realmente quiero?""

¡Buenas y Santas y muchas tantas!
Estoy haciendo algo que generalmente no hago, pero que comenzaré a hacer. Dado a que en Amor Yaoi casi no comentar, no subiré el capitulo allá hasta que lo hagan, pero como sigo avanzando en la historia, pues comenzaré a hacerlo hasta aquí. 

Cómo sé que casi nadie visita el blog, pues no me preocupo mucho XD 
Bueno aquí les traigo el capitulo 12, recien salido del horno, espero les guste. 

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Capítulo 12

¿Esto es realmente lo que quiero?”

Miraba hacia el techo de su habitación y sus ojos dolían como el demonio. Desde el café no había podido parar de llorar. Estaba confundido por ese dolor tan intenso en su pecho. No sabía si era culpa o una desbordante sensación de responsabilidad. 

Estaba cansando de sentir siempre cosas tan extremas, cuando se trataba de Collin. Por eso había venido tan lejos, pero ahora se daba cuenta que el dolor era más intenso que cuando estaba con él.  No podía pensar que eso fuese amor, si realmente lo amara, se supone que debería sentirse bien, que todo el mundo se vuelve color de rosa, pero no recordó ni una sola vez que hubiese sentido eso.  

Jostein le había dejado tranquilo con ese tema. Cuando regresaron a la casa de sus abuelos, él no mencionó nada. Ahora estaba en su antiguo cuarto y este dormía apaciblemente en una colchoneta en el suelo. 

A esas  horas de la noche, se le antojó agradable poder escuchar a Collin. Cuando estaban en su apartamento, siempre que era de noche y no podía dormir, se quedaban hablando en voz baja sobre trivialidades. Siempre esas charlas se le hacían muy divertidas. Ahora era una situación muy distinta. 

Se levantó de la cama y salió hacia el pasillo que conectaba su cuarto con las escaleras. Se recostó contra la pared y miró su celular. ¿Iba a llamarlo ahora? ¿Qué le diría? No estaba seguro de que iba a pasar, pero si lo que dijo Jostein era verdad, debía solucionar eso lo antes posible. 

Se armó de valor y le llamó. Se quedó expectante con el aurícular y su corazón comenzó a latir más rápido. No contestó. Estaba algo molesto, por lo que volvió a marcar y esa vez si le contestó. 

— ¿Hmm?

— ¿Collin?

— ¿Qué? —sonaba su voz pesada y grave como si estuviese borracho o que le acabase de despertar.

— Hola, ehm… hablas con Matthew. — Su voz parecía flaquear, estaba muy nervioso.

Escuchó que sonaba como alguien levantándose rápidamente y que se tropezaba con todo. 

— ¡Ma…! — Se le cortó la voz y se puso a llorar. — ¿Dónde estás?

Matthew al escuchar eso se le humedecieron los ojos y se puso a llorar también. 

— Lo siento, lo siento, lo siento. — Susurraba con mucho dolor. — No era mi intención que te pusieras así. 

— ¿Dónde estás? Veámonos, te lo suplico. 

— Lo siento, yo estoy en Inglaterra. 

— ¡Así que sí era cierto lo que dijo Jostein! ¿Por qué Matthew? Me hubieses dicho. Yo no te hubiese atado para que no fueses, solo quería que me dijeras. 

— Lo siento. —La garganta de Matthew se cerraba cada vez que intentaba hablar. 

Se escucha como sollozaba cada uno. Matthew se quedó analizando de nuevo ese sentir en su pecho. Definitivamente era lo más fuerte que alguna vez había sentido. Fuera lo que fuera, incluso si era amor, le estaba haciendo daño, debía acabar con eso de una vez por todas. Lo haría… por el bien de los dos. 

— Collin. Yo quiero… decirte algo. 

— ¿Qué? — La voz sonaba más calmada.

— Quiero que terminemos la relación que sea que tengamos. 

— ¿Qué? — Collin sonó ofuscado. — ¿Terminar? ¿Qué pasó? ¿Por qué?

— Creo que es lo mejor para los dos. Yo estoy al otro lado del océano, no nos veremos más, es mejor para nosotros acabar con esto y seguir cada uno por su camino. 

— ¿Ah sí? ¿Es tan fácil para ti decir eso? — sonó el golpe de algo que se rompía. — Bien, quizás fui un imbécil por pensar que me querías aunque fuese un poco. Te agradezco la sinceridad. Aunque lamento decirte que no acepto esto. 

— ¡Collin! No seas terco, es lo mejor para los dos.

— Sí, bien, que sea lo mejor, pero si vas a terminarme, hazlo en mi cara por lo menos. 

— Pero… ¿No oíste? Estoy en Londres.  

— Claro que lo oí. — sonaron unas botellas chocar. — Por eso, tú y yo nos veremos en las vacaciones de verano y ahí sí puedes decirme todo lo que se te de la gana. 

Matthew se quedó callado. Pensó que sería fácil acabar con ello, pero como todo con Collin, tenía que ser de la forma más complicada y más hiriente posible. 

— Tomaré ese silencio como un “sí”. ¿Tienes algo más que decir? 

— Lo siento. 

— Ajá, claro, como si esas palabras hubiesen solucionado algo alguna vez. Adiós. 

Matthew se quedó ahogado en su propio llanto y remolino emocional. Estaba cansado, por cosas como esas había pensado que era mejor acabar con esa relación y aún así no pudo. Estaba tan acostumbrado a Collin que no supo en que momento estaba ya llorando por él. 

Si eso era lo que él quería, bien, le terminaría en las vacaciones de verano. En verdad lo haría.

***

 Ya había pasado cierto tiempo desde que había pensado preocuparse por su apariencia. Miraba su cabello y sentía que ya era hora de cambiar. Se fue hacia un salón de belleza he hizo que le cortaran el cabello al estilo militar. Su cabeza se sentía rara, pero, visualmente era más agradable.

Cambió su vestimenta por algo menos estridente, aún así sin perder el toque que había adoptado. En ese momento estaba pensando en cómo hacer para atraer a Matthew. Quizás no tenían mucha confianza por todo lo que había pasado, pero no podía olvidar el beso que le dio. No estaba dispuesto a que fuese el último. 

Ese nuevo corte, le subía el autoestima. Su nueva ropa ya la sentía más apropiada. Ya se sentía preparado par ir en busca de Matthew. 

No había hablado con Joshua desde ese día, tampoco se había preocupado en contactarlo. Aunque si era sincero, le extrañaba un poco. Ya se habían vuelto bastante cercanos. 

Tomó su celular y le marcó a Matthew. Hoy estaba dispuesto a atacar para matar. 

— ¿Aló? —contestaron. 

— Hola Matthew, soy Maurice. 

Hubo un silencio de unos segundos. Maurice no supo como interpretar eso. 

— Hola Maurice ¿Qué necesitas? 

— ¿Podemos vernos? — Parecía ansioso. 

— ¿Vernos? Lo siento, creo que no sería ahora conveniente. 

— ¿Por qué?

— Ahora estoy un poco ocupado. 

Maurice se quedó callado por un rato ¿qué era esa mierda? ¿Por qué siempre huía de él? Se estaba empezando a molestar. Si no quería estar con él por las buenas, entonces lo estaría por las malas. 

— Ah, claro, lo entiendo. Lamento no ser oportuno. 

— No te preocupes, podemos salir este fin de semana. 

— Vale, estaré esperando tu llamada. 

La conversación murió. Guardó su celular y dirigió sus pasos hacia la universidad de Matthew. Él no era imbécil. Ahora si era necesario, lo secuestraría, pero tendría que estar con él. Por lo menos pedía que le explicara porqué siempre huía de él. 

***

No estaba en su mejor momento como para ponerse a liarse con Maurice. Su cara estaba hecha un desastre. Sus lágrimas se habían encargado de quemar sus mejillas y sus ojos estaban secos y rojos. En su cabeza solo estaba ese tono déspota de Collin. Repetía en su cabeza su disculpa hacia él y de esa misma forma recordaba las palabras de él como si esas palabras hubiesen solucionado algo alguna vez y era verdad. En ese momento, podía desvivirse diciendo “lo siento” pero, ¿Eso qué efecto tendría? 

Se dirigía para la casa de sus abuelos. Ahí le esperaba Jostein. Estaba en un momento muy tenso con él. No podían hablar normalmente, pero tampoco habían sido hostiles. Era todo una guerra fría con máscaras de amigos. 

No negaba el hecho de que merecía el enojo que sentía su amigo por él. Era justo y el mismo se estaba reprochando en esos momentos. Pero consideraba que quizás ese no había sido el mejor método para decírselo. 

Iba llegando a la casa de sus abuelos y pasó por la panadería que le gustaba tanto. Compró algunos bizcochos. Con un poco su camino desviado, continuó su camino. Cuando llegó a su casa, se extrañó de ver a Joshua tocando la puerta. Llamándole la atención este se volteó aliviado de verlo. 

— Joder, me alegra encontrarte. — dijo Joshua con el aire perdido. 

— ¿Qué pasó? —Se preocupó Matthew por verlo jadear así. — ¿Por qué viniste corriendo hasta aquí?

— Creo que es mejor que vayas a la universidad. 

— ¿Eh? Explícate. 

— Bueno, me ha llamado Maurice diciendo que estaba haciendo el escandalo de la vida con Allan tratando de ubicarte.

— ¡¿Qué?! — Matthew encanó una ceja, molesto. — Ese imbécil ¿Se puede saber que está haciendo? 

— Eso mismo me pregunto yo. Lo cierto es que he recibido una llamada de él diciendo eso. Llámalo, dile algo para que se calme. 

— Vale. ¿Por qué no me llamaste antes? 

— No hace mucho me llamo Maurice.

— Pero ¿Por qué no me llamaste por celular? 

— Porque se me ha acabado la batería. Lo siento. 

— No te preocupes. 

Mentalmente ya había estrangulado a Maurice un millón de veces ¿Qué era eso? ¿Por qué todos parecía tener un chip que decía “Obsesiónate y jode a Matthew”? Entró a la casa y le pidió a Jostein que le acompañara un rato a la universidad. No se negó aunque si se sorprendió ver a Joshua. Ellos habían hablado de que ocultarían ese hecho de que hablaron, por el bien de los dos. Actuaron natural uno frente al otro, aún cuando Joshua se moría por preguntar varias cosas. 

Mathew se adelantó casi corriendo, mientras hablaba por su celular con Maurice. Joshua aprovechó para retrasarse un poco para ir a la par con Jostein y le miró inquisitivamente. Este le respondió con una mirada de que no era un buen momento para hablar y hasta ahí se quedó la comunicación. 

Joshua sintió ese execrable deseo de saber. Estaba comenzando a hartar de su constante instigo de manipulación. Pero era inevitable. 

Cuando hubo llegado a la universidad, se vio la escena de Allan tratando de hacer que Maurice se detuviese, aunque les costó un rato identificar que el otro chico con el que hablaba Allan era Maurice. 

— ¿Qué pasa?— Matthew se acercó furibundo. 

— Hola. —Allan saludó con molestia. 

— Así que realmente no estabas aquí. — Maurice recalcó con cierto deje de contestación. 

— Joder, si te he dicho que no puedo, es que no puedo. —Matthew frunció el ceño. — Se puede saber ¿Qué pasa contigo?

No hubo respuesta por parte de Maurice. Se disculpó con Allan y tomando del brazo a Matthew se lo llevó lejos de la institución. Matthew se volteó mientras era arrastrado y miró a Allan pidiéndole disculpas. Luego avanzó al paso de Maurice y se deshizo del agarre. 

— Oe. —Amonestó Matthew. — Por lo menos responde lo que te pregunto. 

Maurice se detuvo y espero a que Matthew se colocara al frente de él. 

— Te diré la verdad. Me molesta que evites como si tuviese la peste. 

— ¿Evitarte? ¿De qué hablas? — estaba realmente desconcertado. 

— Desde que llegaste, ha sido lo mismo. Es como si yo estuviese pintado en la pared. Si me odias, pues dímelo.  Joder que me mato la cabeza pensando que es lo qué pasa contigo.  

Matthew se mantuvo callado. Se volteó y siguió caminando en busca de Jostein y Joshua. 

— ¡¿Si ves?! Es por eso que tengo que venir a hacer el ridículo buscándote. ¿Qué he hecho? ¿Por qué parezco ser el único que sobra aquí? Dímelo en la cara por lo menos. 

Matthew se volteó, atraído por esas palabras. Eso mismo le había dicho Collin. Ahora lo entendía mejor. Era un cobarde. Si enfrentaba las cosas, sentía que lo iba a perder todo, por eso no era capaz de confrotar a ninguno de los dos. Aunque Maurice y Collin eran dos mundos diferentes, los dos tenían algo en común. Matthew sentía que le debía muchas cosas a los dos. Lo reconsideró, si realmente esperaba enfrentar a Collin en las vacaciones de verano, debía emprender con su proceso de adquirir el suficiente valor para dejar de huir. 

— Te lo diré en la cara. —dijo eso, pero escabullía su mirada en el suelo. — Te evito porque quiero evitar decepcionarte más, que me odies, que lo único bonito que tenía nuestra amistad hace años, se vaya al carajo. Aunque parece mi error, porque te he estado haciendo más daño del que pensé. 

Maurice se quedó desarmado ante esa respuesta. Él quería recibir una contestación agresiva y llena de odio. Algo que le permitiese excusarse del por qué le evitaba. Pero no resultó ser más que un método de protección de su parte. 

— Maurice. —Hizo una pausa mientras carraspeaba un poco, sus palabras no salían tan fácil. — Hay muchas cosas que te deben resultar repugnantes de mí, pero te pido que me perdones por ello. 

Estaba ahí, tan solo parado diciendo palabras, pero sentía que estaba desgarrándose la garganta ¿De qué servía ser sincero? Ahora lo vería. 

— Matthew, mírame. 

Este con algo de recelo lo hizo. 

— Deja de ser tan idiota. 

Maurice agarró la solapa del blazer de Matthew y lo atrajo hacía sí. Buscó sus labios y encontrándolos, impregnó un beso sin importar quien estuviese observando. 

Matthew no procesó la información hasta poco después de sentir el contacto de los tibios labios de Maurice. Colocó sus manos sobre los hombros de Maurice e intentó empujarlo, pero no pudo. En ese momento él no tenía la intención de comenzar a jugar, pero tampoco pudo evitarlo. Cuando Maurice le soltó, este sonrió con algo de alegría y luego le abrazó. 

— No creo que haciendo esto, puedas todavía pensar que haya algo que me asquee de ti. 

Matthew estaba estupefacto. Estaba pasmado. ¿Qué estaba sucediendo ahora con Maurice? ¿Qué era esa escena salida de una novela barata? No pudo pensar en decir algo. Estaba sencillamente pensado que debía ser una muy irracional broma. 

— No me evites más. — Musitó Maurice. — Que yo no pienso parar de buscarte. 

Quizás era por el mismo hecho de que esas cursilerías eran algo tan ajeno a él, pero no pudo evitar sentir como sus mejillas ardían. Maurice se había convertido en un casanova sin remedio.